miércoles, 29 de septiembre de 2010

Historias de Seferón: INTIMO

Historias de Seferón: INTIMO

INTIMO

He aquí, frente a usted, soy la palabra pronunciada hace tiempo...

¿Hace cuanto tiempo? No importa; puesto que mi destino es trascender.

Usted, quien ha sido tomado por sorpresa, me ha hecho presa de si, aun si desearlo.
Así viviré los desorientes de su historia para encontrar mi camino en la transformación.
Soy, ya en su prisión, la enunciación de un futuro; siempre rescatada;
puesto que mi destino es trascender.

¿Pero qué soy si desde el egoísmo se me procura hacia la inocencia?
El incauto hará de mi una razón, y cuando esa razón
-causa fuente y fin de mi transformación-
se formule al fin no será mas que en desmedro de la importancia de los universos que en mi permanecen, se originan o yacen...

¡Oh! ¡ Cuan bella y peligrosa soy!
¡ Debería no ser!
¡ Debería nunca haber creado el universo!...

¡NO! tiempo sobra en su destino al hombre para no ser. Para estar infinitamente sin verbo. Para estar infinitamente solo. Para estar infinitamente en silencio....

Envuelta en símbolos estoy...
Mi cárcel - "palabra"-, se representa a si misma. Es símbolo de la suprema representación; y aun así es símbolo muerto.
Símbolo del simbolismo: Paradoja infantil: Paradoja semiótica...

Árbol...
Ser...
Flor...
Inmensidad...
Amor...
Muerte...

Todas soy y ninguna.
Siempre y nunca. Ausencia y paroxismo.

Todas soy y ninguna.
La luz bifurcada del espejo, la oblicuidad: dialéctica y matemática.
Padre, Hijo y Ente; todos bajo mi gobierno.
Soy ese cuarto elemento que da razón a la Trialidad y la quiebra: el deseo evocado y invocación.
¿Que seria de Él si no le otorgase yo movilidad, sino mas que una alegoría?
No seria omnipotente. Ni seria, en fin.



martes, 27 de julio de 2010

TRAnSuentes

El mio es un viaje como el de cualquier otro pasajero: el mismo camino, idéntica forma de emprenderlo. Todo igual. Aun así, admiraremos un paisaje completamente distinto; seremos fijados a imágenes ajenas y únicas por tales.


Veo un grupo de jóvenes sentados al sol sol, lejos, en una plaza, uno frente al otro formando un circulo indestructible que se sujeta a fuerza de palabras, que son símbolo y tópico solo por ellos. Hay algo encerrado allí, custodiado por sus centinelas de la inferencia y la mala fe del mundo. Se aman, se fascinan entre ellos.

Solo los jóvenes aman de ese modo tan puro e incondicional. A pesar de la innata crueldad que los escuda son capaces de amar sin intereses; aman sin la carga de de los desamores que forjan la cotidianidad, el trato, y se forjan entre si en charlas amenas impulsadas por todo lo real que existe en ellos. Su juventud es infinita. La muerte es tan solo una palabra. Son inexpertos, y la inexperiencia, madre del temor y la osadía, es la que los lleva a buscarse para encontrar un punto reconocible que los guié en esa austeridad. El tiempo hará su trabajo: simplificara esa pasión, transfotmando la Idea-sentir en situaciones condicionantes primero, en aprendizaje después, la naturalizara y filialmente las hará olvido.

Estos jóvenes que robé a tiempo viajan conmigo hace largo rato ya, mientras, ante la vista clavada en la ventana, surge un mundo en cuadros y, frente a ellos, a la cinta dialéctica perpetua de imágenes, hablo a un supra-mundo donde todos los pensamientos confluyen sin mas sentido que la espera del arrebato que los violente. Esos jóvenes, sin nombre ni rostro, ya no son directamente sobre mi, no los percibo. Se han perdido pues...
Todo aquello que creo, creé, recree, creí e intenté hacer mio una vez mas no puede regresar a mi, porque nunca soy el mismo y siento diferente : ¿De quién es el pasado que me niego a perder sino mio?: Mi pasado, me es ajeno; y tan solo el presente y el futuro me pertenecen, sin importar cuanto de él pertenezca también al azar.

Sube una anciana y agita su certificado. Morbosa arrogancia tal vez. Hay quienes se jactan de sus padecimientos procurando lastima o reconocimiento al heroísmo de quien bien tolera o padece (quizás solo sea el Parkinson). No parecía tan discapacitada como certificaba, pero le di el asiento.

En pie ya, entendiendo el viaje como una labor, me sentí aliviado por hacer -insignificante por demás- un buen acto. Qué básicos somos muchas veces. Arrogantes. Buscando en todo momento la aprobación de los ojos meramente testigos cuando
sea. Cuan repugnante es el sentir ciudadano que es solo por deber. El civismo es un aspecto asqueroso de la vida en sociedad: no es conciencia, solo obligación. Admiremos al animal por cuanto actúa por impulso. Admiremos todo impulso por salvaje, por no mendigar al socio de la rutina y la idiocia su aprobación. Admiremos, que percibir y fascinarse no se aprueba ni castiga. Buscar aprobación por lo que se admira es hipocresía, ignorancia, mal gusto y estupidez. Tilingueria...

Timbre. El fin de un viaje. Sube otro pasajero. El fin de su espera; sube, decidido cumplir un acto necesario para la vida: viajar. Transformar la vida en el movimiento. La vida entera es en sí movimiento; transformación y dialogo. Aun así todo el movimiento esta pactado. La transformación es idéntica, cíclica y simplista. Así como yo, él sera otro pasajero.
De ambos lados la vida se cumple pacientemente. Hará movimientos para transformar su interior, pero estas pasiones no serán nuevas por mas que así lo crea. Todos los viajes fueron emprendidos ya. El mundo - como nosotros- es transeúnte de si mismo y colateral al tiempo; frágil como el cristal jamas se altera; tan solo se quiebra.

Aquellos jóvenes centinelas del mundo en si; el mundo físico se escuda del tiempo en la belleza y la memoria; yo me protejo de las pasiones en las ideas. La cautela que adquirimos en el camino nos engaña, haciéndonos creer que el tiempo es aliado. Somos inevitablemente parte sustancial del mundo físico y testigos de el. Cada historia es participe del tiempo; y perpetuamente con nuestra existencia escudamos la existencia física del del universo. Somos belleza, percepción y acto. Situación.

Me levanto. Toco el timbre y bajo a percibir un mundo quieto.
La cercanía, el movimiento, la forma, la percepción física en si, -mas allá de la experiencia- depende de la luz refleja. Los colores claros rechazan aun mas luz que otros de ahí su exuberancia, el clamor ante al vista. Los colores que impulsan mis movimientos no reflejan luz; sino que aparentan raptarla del mundo físico y transformarla en calidez. En armonía.

Viajo- me transformo- para encontrarme hoy con unos ojos cálidos y profundos - cuadro difícil de lograr-. Éste que me moviliza es el cuadro en la concepción del paisaje; del espectáculo natural. Es aquel que se admira desde el ser en participación y no desde la sospecha la la intención. No hay mirada analítica. No hay técnica evocada a la fascinación - no intencionalmente-.

Intensos y cálidos me hacen consciente de la fuerzas de la existencia. Ante ellos todo lo físico y ficticio creado entorno a este mundo adquiere repentinamente un orden especifico, salvando las distancias entre mis concepciones y lo que se asume real. Darle un nombre a estas energías seria matar aquella ilusión matar aquella cruel ilusión que me arrastra sin compasión alguna; entregar mi inocencia y dejar que cronos me enseñe como ser piadoso con mi vida, mostrando que ella es tan misera como mi existencia en tales formas y que sobrevive de las dádivas de lo cotidiano. Todos los viajes fueron emprendidos ya. El mio no sera diferente...

-Dio media vuelta, en la puerta ya, y se fue...

Intimo

La creación toda depende de un eje intangible que es la lógica primigenia y perfecta por la que la existencia es y caerá en la nada.

Todo lo visible. Todo lo tangible. Todo lo real es meramente colateral al tiempo...
Si no hay dimensión, solo hay, entonces, forma, belleza...

¿Que es en fin la Belleza?
¿Que valor tiene algo que es su propia razón de ser...
La belleza es egoísta..

jueves, 5 de noviembre de 2009

El reflejo del mar

 El sonido de las aguas que arremeten contra sí, mece mi espíritu virgen de estos paisajes y erosiona mis temores a la inmensidad, así como las aguas moldean la playa, cargándola de cedimentos y apisonando el arena en sus cercanías, enjugando sus lágrimas pasos mas adelante y amándola con arrebato en sus crecidas nocturnas.

  Un balanceo leve pero notorio, la crispa de dos fuerzas cinéticas que culminan una con la otra, la explosión paróxica y agónica de los sonidos, y la muerte del murmullo en una suave caricia a los pies, me hiela desde el primer contacto de los labios del mar hasta el ultimo beso exuberante de espuma.

  Mis ojos, perdidos tras una gaviota, se extravían de ella en un quiebre entre el cielo y el agua, y regresan descubriendo capas, facetas, y hasta mares distintos dentro de esa única inmensidad. La lineas horizontal que le regala a mis ojos un limbo se en  desgrana un azul perlado, un verde azulado que hasta aparenta ser un prado y un azul casi azabache que se transpone con un verde terroso que transmuta en una ola que muere en mis pies. Desde el horizonte a la orilla hay infinidad de espejos y en ninguno me puedo ver.



 Ahora los ojos persiguen mi pantalón arremangado, cruzan mi torso, bajan, caminan sobre mi mano derecha y se afirman en la arena. Un aire me cubre, llena y vuelve a ubicar en mi lugar: estoy inmóvil, sentado en la gruesa baranda de madera del muelle, con la vista fija en la rampa agrietada que se entierra en el arena y los oídos colmados del sonido de las olas y la brisa, como si todo fuera ajeno y tan solo los elementos, la arena y yo existiesemos en el mundo desde hace ya una hora y exactamente en la misma posición. Fuimos expulsados del dominio el tiempo.


Deja vu. Me levanto y camino sobre un arena cada vez mas firme, viendo como el agua está cada vez mas cerca de mis pies hasta lograr besarlos. Devorarlos. Trepa por mi pantorrilla y el pantalón. El arena es suave en el fondo ( las texturas son embriagadoras). La sal me quema los ojos y la nariz. La presión tapa mis oídos y aplasta mis pulmones. Los pies siguen adelante. Algo roza mi brazo y escapa de mi. El agua me devora. Soy yo quien se escapa ...

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Historias de Seferón





La primera vez que lo oí nombrar me reí de la leyenda y de sus historias. Seferón me pareció un capricho menor.
  Seferón, fue un ser divino que se mantuvo neutral cuando en el principio de los tiempos, Belcebú y los ejércitos divinos,  lucharon por el reino perfecto , haciendo caso omiso a los intereses divinos de dios y al recelo de quienes luego fueron condenados a la oscuridad eterna.
 Este apego a la propia voluntad tuvo sus consecuencias: Seferón fue desterrado (si cabe la palabra) y obligado a deambular por la tierra hasta el fin de los tiempos…
 [… El discernimiento y el albedrio de los seres son una constante en los accionares divinos. Las posibilidades de un ser libre pensante, en apariencia, desgastan la omnipotencia del dueño delo destinos…]
La condena fue la expulsión, el tormento intrínseco en ella fue no trascender en lo infinito y celestial, tanto como el vivir sin poder ser; penando en transmutaciones y transposiciones, obligado a ser  simple materia: No podrá jamás alcanzar lo divino, ni podrá siquiera ser hombre. No puede asumir definitivamente alguna.
  Así, Seferón  divaga en este plano y se presenta bajo infinitas formas procurando revelar a los hombres las universalidades; induciéndolos dentro de abismos donde nacen y mueren en forma cíclica, donde caen más veloces y prontos a golpear un suelo que descubre otro abismo bajo sí, y que los arrastra en en caída libre. Pero en una caída realmente libre. Un despojo absoluto bajo el peso de la propia conciencia.
He oído historias donde refieren a un Seferón que ha tomado parte en las disputas, y es eso lo  que explica sus accionares. No entiendo, en tal caso, cual es la postura que asumió.  Otra versión que Seferón fue castigado con la inexistencia futura, con la muerte. Para mi Seferón sigue siendo un capricho…